A veces te pienso más de lo que te extraño
Muchas veces solía pensar que estar contigo era lo mejor que me había pasado en mi vida. Estaba equivocado, era una afirmación no una creencia pero me di cuenta de ello muchos meses después. Aún golpeado atrás del auto y con un tipo desconocido que le caía mal el publicista seguía pensando en cuánto deseaba estar con ella después de terminar la relación. La fortuna es un artilugio a momentos del suicidio.
Había días que se consumían en silencio, como viendo estática en la TV, como escuchando el vacío de la radio FM. Pasó varios momentos así, arrepentido de acabar todo. De extrañar su sonrisa, de ver su reflejo en la pantalla del microondas, de verla salir de la ducha en el baño y decirle -¿vemos una peli?- aún cuando sabía que no era bueno viendo películas de terror y sin embargo seguir ahí.
El vino, la música, las papas de Mc Donalds, el sexo, sus besos, tus gritos en los conciertos de rock y la forma rara en la que comías nieve de limón -Todo eso que eras y no. Todo eso que exhalabas al conducir el auto y decirme que Radiohead era música gay de resentidos. Eso y más que te hacen inolvidable, eso y más que me hacen soñarte y hagan que piense que esta coincidencia que traerá mi muerte es sin duda hasta poética- se dijo el publicista en la forma más pendeja que
A veces te pienso más de lo que te extraño y no es raro sentirme bendecido cuando recuerpo tu confianza en mi boca, ¡qué bien se sintió ser uno cuando era nadie!
- ¿Es aquí? - dijo el tipo, mientras revisaba el retrovisor.
Del asiento trasero saltó la hija y asomó el rostro a la ventana para afirmar.
- Sí... es aquí -
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