Fin de la historia del publicista

...Despertaron viendo caer el sol de la tarde recostados en un camastro cerca de la costa francesa. Botellas de vino, mezcal, queso y pan estaban tirados en el piso, cerca a la orilla de la piscina donde flotaban prendas de ropa ensangrentada. No era ropa de ellos, al menos no la del día anterior porque amanecieron con ropa y sin sangre encima lo cual le hizo sonreír al publicista, al menos una vez en la vida amanecería vestido para afrontar cualquier problema.

Al lado las hojas de papel donde el padre de ella había anotado las indicaciones a seguir sólo debajo de una pistola, al lado la mano cortada y ensangrentada del tipo que le había reventado la cara al publicista unos días antes, a su lado, la foto selfie de la ella, la ex, el tipo y el publicista en el baño del motel.

Decidió erguirse para ver el horizonte también. En el celular de ella sonaba "Aquí" de la banda mexicana Jumbo, le llamó la atención aquella parte del "siento el dedo de dios justo encima de mí" porque la hijo lanzó una sonrisa hacia la nada.

Estaba seguro que estaba en Francia, cerca a Perpignan. En 4 o 5 horas podría estar en Barcelona si tomaba el tren. A la noche siguiente podrían volar a la CDMX, salir hacia la TAPO bajando la aduana, abordar un camión a su ciudad, después tomar un taxi a su casa, tirarse en el sillón con la luz apagada y tomarse la venganza personal como un tema de broma y acabar lo que no pudieron antes junto a una cerveza artesanal, pero prefirió sonreír también y no hacer el viaje. Prefirió quedarse ahí, viendo la nada, sonriendo al lado de la hija de su querido amigo, con el que se emborrachó tantas veces en barza y que fue asesinado por un político dejando a la testigo suelta buscando la ayuda de un hombre cuya única referencia era el pasado.

Fue a sus adentros a tratar de ubicar su cassete mental del idioma en cuestión del lugar pero se dio cuenta que olvidó este súper poder dos días antes en la sala de su casita del Infonavit primero de Mayo en una ciudad al sur de la República Mexicana antes de tomar la tarjeta de débito a su nombre.

Ella sonreía y no dejaba de ver el horizonte, él quería preguntar si lo habían logrado. Si esta sería el final de la historia, si habían logrado vengar a su padre pero no tenía sentido saberlo, estaba de más. La historia estaba dicha, era lo único que necesitaba saber, podía irse en paz, todo había terminado. Volteó a verla, ella sonreía con una lágrima bajando la mejilla, él le devolvió la sonrisa, lentamente se giró hacia atrás hasta encontrar la pistola bajo las notas de papel.

Mi vida entre fotografías se guardan y se olvidan porque dicen la verdad...

Fin.

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