Parteaguas

Salieron todos juntos del cuarto, el publicista al último, la hija había contado la historia a la ex y el tipo. En un inicio, la historia sucedía fantástica, difícil de creer, pero ahí estaba el publicista caminando hacia el auto, en silencio, subiendo al asiento trasero, en completo silencio pensando en la hija, en la ex, en el tipo, en él, en todo y a la vez en nada.

- Vine a un puto motel, pinche México, todo inicia cogiendo - Pensó el publicista.