Homeostasis

Resaca. Física y emocional. La peor.
No hay palabras para callar las voces dentro. Se subieron al auto en completo silencio y se sentaron sólo para ver hacia el frente y deseando estar en otro lugar y no tener que regresar por carretera en un viaje de varias horas después de lo sucedido. El auto avanzó apenas unos metros cuando un trabajador del lugar volteó hacia la unidad automotriz y dedicó una sonrisa seguida de un gesto de perversión mientras recogía una escoba al lado del cuarto donde se hospedaron.

El y ella tuvieron un momento incómodo que provocó que con todo el calor de la costa ninguno bajará la ventana y salieran a mayor velocidad del lugar sólo para notar a la distancia que el hombre sostenía un brassier amarrado de la cintura. El mismo que minutos antes ella no había encontrado por ningún lado en el cuarto.

- ¡Wey me violaste! - le dijo ella antes de que él saliera agarrándose los huevos enjabonados e intentando tapar la erección que tenía.
- Yo... este... no.... yo jamás... - alcanzó a decir antes de escuchar otro sonido proveniente del cuerpo de ella descargándose en el inodoro.

No tenía idea de porque no se le bajaba la erección. Tampoco estaba claro qué había sucedido. Se sentó a la orilla de la cama tratando de recordar lo qué había sucedido. Al mirar con cuidado descubrió una caja rota de viagra, la botella de vino, un voucher de pago y ropa en el piso. Todo empezaba a tener sentido.

Tomó la caja sólo para encontrar nada en su interior. El voucher pertenecía a otra tarjeta -la de ella- pensó. El vino era obvio. Se puso el calzón con los huevos enjabonados y escuchó una tercera descarga de agua del sanitario.

Se giró sobre la cama lentamente para descubrir un olor desagradable que le molestaba. Al hacerlo todo fue muy claro sobre la noche grotesca probablemente anal.

Mierda.

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