Snap out of it

Afuera, en la calle una mujer lloraba, tenía en la boca un sabor amargo, entre sangre y cigarro, la saliva no dejaba de fluir hacia sus adentros. La tarde se pintaba con el caer del tiempo entre colores violeta y naranja. El sol, infaltable enemigo desde siempre le hacia querer caer caer de rodillas y soltar en llanto. No tenía idea de cómo había terminado en este momento de su vida de esta forma. ¿Por qué la vida se empeñaba a hacer que se sintiera incompleta, insatisfecha y amenazada?

En el hospital estaba su novio, quien al final había medio terminado con ella. En alguna cama de ese hospital el cuerpo de un ex novio anterior a su medio ex novio se debatía entre la vida y la muerte. Una mujer que parecía ser la novia de su ex novio estaba en la recepción. Y ahí estaba ella, luchando por no sentir lo que sentía. La soledad le corría quemando las venas.

La aparente novia del ex novio apareció bajando los peldaños de unas pequeñas escaleras. Tenía moretones en la cara y raspones en los brazos y en las manos. Sostenía apenas un cigarro a medio fumar. Se paró a su lado sin decir una sola palabra y exhaló un humo azul.

Ella no pudo más, soltó a llorar. Las lagrimas caían despedazando la ropa, deshaciendo la sangre empapada en las telas, se giró y se tomó lo más fuerte que pudo de un barandal a su espalda. Los sollozos le impedían ver, oír, respirar. Sabía que la mujer con el cigarro estaba a su izquierda y aunque quería mostrarse fuerte como valiéndole madre todo lo sucedido desde hace un par de días no podía evitar esta sensación recorriendo su cuerpo.

La mujer a su lado estaba inmóvil, con la cara elevada viendo hacia el recién formado azul del cielo. Se llevó el cigarro a la boca y jaló el humo lentamente, suspiro  y se talló la frente con la mano derecha, pequeñas cenizas se desprendieron del artilugio y flotaron por el aire, una de ellas dio un giro frente a sus ojos y por un instante se detuve sin moverse, como si se tratará de una fotografía la ceniza permaneció intacta en el aire.

Ella sonrió, tiró el cigarro al piso y jaló a la mujer llorando quien sin fuerzas fue arrastrada por la calle en dirección al auto.

- Vámonos,  te explico en el camino - dijo antes de azotar la puerta del auto.




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